lunes, 29 de enero de 2018

BALANCE 2017. Reflexiones


Es difícil explicar la velocidad con la que ha pasado esta última temporada.
Algunos pensarían que estaba retirada o lesionada; ni lo uno ni lo otro; estaba trabajando. Trabajando en todos los aspectos. Y es que si tuviera que definir mi vida este último año diría que ha sido un continuo devenir entre mis proyectos y los entrenamientos.
He tenido siempre claro que tras 18 temporadas de triatlón intenso mi prioridad era esta, el deporte y la alta competición. Sin embargo cuando piensas y deseas un futuro tienes que arrancar antes o después e incorporarte al “mundo real” . Si, digo bien mundo real porque el deporte de alto rendimiento no sabe de ninguna otra cosa, se centra en entrenar  y competir, es un trabajo de 365 días al año todas las horas del día.
Sin embargo, llega un día en el que piensas y te planteas tu futuro y tienes que tomar la decisión de empezar a tomar contacto con la vida fuera del deporte.
Digamos que yo he sido siempre una persona de mil cosas a la vez, va implícito en mi carácter, pero bien es cierto que el triatlon me llena tanto que he pasado los últimos años entregada a este a pesar de continuar mis estudios y tener trabajo relativamente flexible.
Hace ya un par de temporadas supe que me correspondía empezar a compaginar seriamente mi amor al deporte con mis diferentes inquietudes profesionales que en mi caso, son muchas.

Por tanto mi objetivo de esta última temporada se centró en compaginar trabajos y actividades varias con mantenerme como deportista de alto nivel y poder competir Ironman en categoría de profesional.


Reconozco que no fue fácil y duro y que he pasado por muchos momentos de tristeza, de fatiga extrema y de falta de confianza; ya que entrenar y competir con mochila es duro y difícil, hay que ajustar bien las cargas, medir cada minuto de descanso, cancelar y posponer permanentemente entrenamientos, también acortarlos y un largo etcétera.

Preparar Ironman es algo grande, exigente, pero sobre todo que requiere mucho tiempo y ese ha sido mi caballo de batalla. Ay si hubiera días de 48 horas!

Pero he de decir qe al final de la temporada rendí bien, logré el nivel deseado y aunque la carrera perfecta no se dió obtuve ese plus de confianza que necesitaba para sentir que mi nivel estaba ahí, en esos dos Ironman disputados en 8 días.

Sin mi mejores carrera y sin mi mejores resultados termino una temporada satisfecha por el trabajo realizado y por el esfuerzo que tanto yo como mi equipo pusimos cada día. Lo bueno que salió fue también gracias a ellos.

Sin más mirar atrás se acerca un 2018 lleno e nuevas oportunidades para superarme, para crecer, para intentar hacer todo mejor.
Tras 18 temporadas sigo con objetivos en mente, con ganas de ser mejor y con ganas de nuevas aventuras y experiencias.

Prometo escribir más a menudo y ser mejor en todo jejeje

Os dejo aquí abajo, galería fotográfica de los mejores momentos de 2017.  Disfruta cada minuto !



No hay comentarios:

Publicar un comentario